3.10.12

TECHOS CALIENTES

Los techos calientes suelen ser el tipo de cubiertas planas más fáciles de construir y consecuentemente las más utilizadas en edificios de viviendas. El arquitecto y aparejador Vicente Pastor explica, en este tercer artículo de la serie Arte de Construir, las características, el proceso de construcción y los materiales que componen este tipo de cubiertas.
Entre las cubiertas planas, son sin duda los techos calientes los más fáciles de construir y consecuentemente los más utilizados. Son normalmente utilizados en edificios de viviendas porque su pavimento hace fácil su uso. Por el contrario, las cubiertas invertidas con su usual pavimento abierto (grava), son habituales en edificios oficiales, en los que el acceso a la cubierta es casi exclusivo para mantenimiento de instalaciones de climatización o similares.
Menos artesanales que las cubiertas ventiladas, las cubiertas no ventiladas, denominadas también techos calientes, son las que usualmente se utilizan; menos artesanas y más baratas de construcción, son las que más se prodigan.
Las actuales cubiertas calientes son la lógica evolución de aquellas que en épocas pasadas se resolvían extendiendo una capa de carbonilla para la formación de pendientes y un tendido de asfalto (a veces recuperado de carreteras) como impermeabilizantes, aunque en los proyectos se exigía el calificativo de oxidado, asfalto oxidado extendido con paleta, que a veces rebasaba los cinco milímetros de espesor, era ya una cubierta distinguida. Indudablemente el tiempo ha evolucionado, el asfalto ha pasado a betún modificado y la carbonilla a hormigón celular, pero la
mano de obra utilizada en poco se diferencia.
En general, actualmente, la cubierta no ventilada o techo caliente define el modelo de cubierta que no lleva cámara de aire, debiendo tenerse muy en cuenta que si la cubierta contiene alguna cámara, no recomendable, sigue siendo un techo caliente y que esa cámara no ventilada, además de incorrecta, no aportará ventaja alguna y sí futuros problemas.
La cubierta no ventilada es elemental de construir y no necesita especialidad en su ejecución. De abajo a arriba se compone de:
- Barrera corta vapor aplicada sobre el forjado una vez limpio de restos de escombro.
- Hormigón de pendientes.
- Enfoscado de mortero de cemento.
- Impermeabilización.
- Pavimento.


Cada una de las capas que compone la cubierta cumple una función, por lo que deben elegirse los materiales más adecuados, sin pretender ahorrar, para así evitar resultados deficientes.
Por la planta de la cubierta, terminada con su pavimento generalmente cerámico aunque puede ser cualquiera, correrá el agua de lluvia hacia los puntos de desagüe, si el desagüe es por puntos o hacia canales longitudinales si el desagüe es por líneas.
Materiales
1. Barrera Corta-vapor
Salvo en casos muy especiales, las barreras corta vapor no deben ser absolutamente estancas. Si esto sucede, el vapor de agua procedente del hábitat queda frenado y en constante tensión; si en cualquier punto se enfría (fallo de la capa térmica) se condensará produciéndose en ese punto manchas por condensación.
Es aconsejable una barrera corta vapor semiestanca que permita ser atravesada por una pequeña parte del vapor presionado, que será absorbido sin dificultad por la capa térmica extendida sobre la barrera.


2. Hormigón de pendientes.
Las pendientes en una cubierta plana cumplen dos funciones; una, llevar el agua de lluvia hasta los puntos de desagüe, otra, aislar térmicamente la cubierta.
La cubierta recibe directamente la radiación solar, por lo que debe diseñarse con materiales adecuados que eviten al máximo, las pérdidas o ganancias de temperatura.
Por esta causa los hormigones a tipo celular que tienen λ = 0.30 a 0.50 Kcal/h.m.ºC, con espesor suficiente.
Aun así, o se ponen espesores altos de hormigón celular o se utiliza el hormigón encima de un tablero altamente aislante, como es el poliestireno extruido de densidad no menor a 32 Kg/m3. con una conductividad térmica de 0.023 Kcal/h.m.ºC .
La incorporación de un tablero de poliestireno extruido al hormigón celular de pendientes, incrementa la resistencia térmica de la cubierta.
La conductividad térmica del hormigón celular (λ = 0.50 Kcal/h.m.ºC = 0.57 W/m.ºC) es muy superior a la del poliestireno extruido (λ = 0.023 Kcal/h.m.ºC = 0.027 W/m.ºC)




Como este tablero se apoya sobre la barrera corta vapor bituminosa, es aconsejable intercalar una membrana geotextil para evitar incompatibilidades (Detalle 3).
Es interesante comparar una cubierta no ventilada con pendientes de hormigón celular de 13 cm. de espesor medio, K = 0.58 Kcal/h.m2.ºC (0.67 W/m2.ºC) con otra con espesor medio de 8 cm. a la que se ha añadido un tablero de 3 cm. de poliestireno extruido, con un K = 0.41 Kcal/h.m2.ºC (0.47 W/m2.ºC).


En el encuentro de la pendiente con el antepecho, el espesor del hormigón, por término medio será de quince centímetros; aunque en teoría, el hormigón celular no dilata, en la práctica sí lo hace y su volumen produce empuje en el antepecho. En ello colabora de forma importante el pavimento, por lo que es indispensable crear una junta de dilatación perimetral no menor de tres centímetros.
Es suficiente iniciar la cubierta con una banda de poliestireno expandido (de baja densidad) de tres centímetros de espesor, de igual altura el hormigón en el perímetro de la cubierta, que absorberá los empujes por dilatación y evitará las grietas que con frecuencia se observan en los antepechos de fachada.
3. Enfoscado.
Es necesario terminar el hormigón celular de pendientes con un enfoscado de mortero de cemento, que permite andar sobre el hormigón sin marcar huella, ya que el hormigón celular admite reducida carga sin deformarse.
El enfoscado, con espesor no menor de dos centímetros consigue una superficie idónea para apoyo de la impermeabilización.
4. Impermeabilización.
Se puede impermeabilizar una cubierta con distintos materiales: betunes en pasta con cepillo en varias capas, láminas de betún modificado, laminas de PVC y pinturas impermeables, en general poco utilizadas, ya que son más rígidas que las láminas y pueden fisurarse si la cubierta está sometida a fuertes movimientos térmicos (clima riguroso, escasas juntas de dilatación…).
Las soluciones más utilizadas son las láminas de betún modificado o las de PVC. Las primeras son de un peso mínimo de 4.00 Kg. por metro cuadrado según la Norma NBE-QB.90*, de 4 milímetros de espesor, modificadas con sustancias elastoméricas o plastoméricas; las elastomericas dan láminas que se alargan al estirarlas y se recuperan cuando desaparece la acción, quedando un pequeño resto; las plastoméricas recuperan una pequeña parte de lo estirado, quedando el resto deformado; no obstante, como los estiramientos por dilatación son pequeños, pueden utilizarse ambas láminas indistintamente.
Las superficies a impermeabilizar se solapan siete centímetros y se adhieren por calor de soplete.
La láminas de PVC (policloruro de vinilo) son de 1.2, 1.5 y 1.8 mm. de espesor.
Se colocan para impermeabilizar solapándose cinco centímetros con lo que se consigue cuatro de soldadura.
Todas las impermeabilizaciones se rematan en su encuentro con los antepechos con solapos de 20 centímetros de altura mínima, aunque la solución más segura es prolongar el solapo a la altura total del antepecho, recordando que cuando se trata de láminas de betún modificado hay que proteger la parte de lámina que queda vista con otra lámina de tipo autoprotegido (generalmente de colores negro, rojo, verde o gris).
El solapo con el antepecho se protege contra la radiación solar con un rodapié no menor de 25 cm, de altura, a juego con el pavimento. Si la altura del solapo vertical es superior al rodapié, pero no alcanza el remate del antepecho, debe pegarse al mismo y rematarse con una pletina de aluminio o acero inoxidable de 40x5 mm. mínimo y tornillos del mismo material.
5. Pavimentos.
Hasta hace poco tiempo, se pavimentaban las cubiertas con rasilla cerámica de 25x12x1.5 cm. Actualmente el pavimento ha mejorado y se suelen utilizar baldosas cerámicas de 30x30 cm, recibidas con mortero M-40a. No es aconsejable utilizar pavimentos excesivamente pesados: baldosas grandes de alto espesor, que lógicamente obstaculiza un tanto las dilataciones y contracciones de los pavimentos fuertemente
soleados.
No debe olvidarse que es indispensable hacer una junta de dilatación perimeantepecho, que después del pavimento terminado, no debe ser menor de 20 mm. de espesor, que puede reducirse a 12 mm. en cubiertas de superficie menor de 100 m2.
Deben plantearse juntas de dilatación cada 80 a 100 m2. (es aconsejable no pasar de 80 m2. con temperaturas superiores a 30 ºC), procurando repartir la superficie cubierta en formas cercanas al cuadro, evitándose formas rectangulares en las que un lado es menor que la mitad del otro.
Las juntas de dilatación de cubierta no deben sellarse con productos asfálticos o derivados (burletes), a los que las fuertes temperaturas les hacen fluir, reduciendo su vida elástica. El incremento de coste por utilización de masillas elásticas es insignificante en el valor del edificio. Debe recordarse que las casas, en general, inician su patología en las cubiertas, por ser el elemento climatológicamente más atacado.
Otro punto clave de cubierta son los desagües.
Puntos de desagüe
Merecen atención especial los puntos de desagües, puesto que son heridas abiertas en la cubierta por las que se pierde la temperatura del hábitat y accede al interior la temperatura exterior.
Es por tanto aconsejable tener presente los siguientes aspectos.
1) El espesor del hormigón celular en el punto de desagüe no debe ser cero, Detalle 4 tral en el encuentro de pavimento con puesto que se origina un punto frío que fácilmente alcanza el punto de rocio y con ello condensaciones que originan manchas en el forjado de techo. Es indispensable proteger térmicamente la manguilla de desagüe al atravesar el forjado y aconsejable continuar la protección de la bajante al menos en la mitad de altura de la última planta.


2) Consecuente con lo expuesto, es mejor solución componer las pendientes de cubierta a partir de una lámina de poliestireno extruido no menor de 3 cm. y poner encima no menos de 5 cm.
de hormigón celular, que crece hacia los antepechos. Es indispensable calcular el k de la cubierta, que no debe superar los 0.4 Kcal/h.m2.ºC.


3) Encima del enfoscado, en el punto de desagüe, debe pegarse un trozo de lámina impermeable de 90x90 cm. aproximadamente, perforado para el paso de la manguilla de desagüe.
4) Es aconsejable que el sumidero de desagüe sea de goma termoplástica, colocado en seco sobre la lámina impermeable previamente pegada. La longitud del tubo debe atravesar el forjado hasta alcanzar la boca de la bajante, que no debe entrar en el forjado para evitar problemas en caso de sustituirse en el futuro.
5) La lámina impermeable de betún modificado de 4 Kg/m2 (mínimo), irá pegada únicamente en el perímetro de la boca de desagüe. Con esta solución constructiva, las reparaciones son fáciles.
Deben evitarse siempre las soluciones que se inician con la colocación de la manguilla de desagüe recibida al forjado con mortero de cemento La sección constructiva 5, muestra un desagüe en la zona central de una cubierta no ventilada.
Los puntos de desagüe que necesariamente se sitúan junto al antepecho de cubierta, son difíciles de resolver y con frecuencia producen humedades. Si es posible, deben separarse por lo menos 30 cm. del antepecho, aunque esta solución crea problemas en su recorrido vertical.

Vicente Pastor

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